Un equipo de arquitectos y diseñadores de la firma holandesa Waterstudio ha ideado una estructura similar a un inmenso árbol flotante que, instalada en los ríos, lagos o costas próximas a las ciudades, proporcionaría cobijo a la fauna local. La edificación, de algo más de 30 metros de altura y unos 20 de profundidad, estaría formada por distintos niveles, se recubriría de vegetación y sería inaccesible a los seres humanos.
Para mantenerse erguida utilizaría la misma tecnología que usan las actuales plataformas petrolíferas, por lo que sus impulsores plantean que sean precisamente las empresas que extraen y gestionan el crudo las que financien su construcción, para demostrar así su compromiso con el medio ambiente.
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