¿Qué buscan los hombres en las mujeres?

  En 1967, el zoólogo británico Desmond Morris describió de una manera tan original como acertada al humano como "mono desnudo", a pesar de todas sus complejidades y rasgos diferenciales. Un primate sin pelo que, pese a la infinita variedad de matices y representaciones que quiera gestionar, viene condicionado de serie a ser, a actuar y a desear de la misma manera que cualquier otro mono. ¿Y qué quiere un mono macho? Pues sí, fornicar todo lo que pueda para tener una progenie grande. Y hacerlo con una hembra de su especie que parezca apropiada para ello, es decir, con flexibilidad corporal, sin enfermedades y que muestre una cierta docilidad en la cópula que, por cierto, va a resultar placentera para él pero no necesariamente para ella. Por eso, si una hembra quiere ser cortejada, agasajada y, en definitiva, integrada entre sus semejantes, tiene que parecer joven, ágil, sana y "comprensiva". Así de simple y así de salvaje. Los estudios más recientes en infinidad de universidades de psicología, sociología, antropología... no hacen sino confirmar la teoría de que un hombre de los sapiens busca lo mismo que un mandril de nalgas rojas.